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Todo el mundo habló a principios de este año del precipicio fiscal o “Fiscal Cliff” de EE.UU. En realidad, es un brutal plan de ajuste que implicará despidos, baja de salarios, recortes a la salud y educación, como se llevan adelante en Europa y el mundo. El dólar empezó a subir un poco, porque el capitalismo es así: lo que es malas noticias para la mayoría de la población, es buena para los empresarios y funcionarios a su servicio. Por eso empezó a subir el dólar, reflejando la aprobación de los poseedores de esta moneda, a las medidas de ajuste en EE.UU.

El ajuste norteamericano acordado por demócratas y republicanos en el 2011, se activó el 31 de diciembre del 2012, y partir de ese momento Obama aplica un paquete de aumentos impositivos acompañado de reducciones del gasto público, cuyo efecto combinado implicará una contracción del déficit público del 4% del PIB en 2013 y que, a lo largo de la próxima década, alcanzaría los 1.2 billones de dólares de reducción del déficit, tal y como recoge la ley de Control Presupuestario del 2011 (Budget Control Act of 2011).

Pero a no engañarnos, el Fiscal Cliff es una política mundial. Ajuste y Salvatajes son sólo 2 caras de la misma moneda: Ajuste para las masas del mundo, Salvatajes para las Corporaciones Multinacionales. Ya sea París, Praga, Pekín, Hong Kong o La Paz, la canción es la misma. Esta política no ha hecho más que empujar al capitalismo a enfrentar su contradicción más grande. No se pueden establecer salvatajes por tiempo indefinido, sin lograr una alta tasa de explotación que valorice el capital que se sobreacumuló todo este tiempo. Esta política de pretender vulnerar las leyes más elementales de la economía, como pretender violar la ley de gravedad, que llevan adelante en Washington y Nueva York Obama y Ben Bernanke, está empujando a la economía capitalista a una nueva crisis, más grave que la anterior.

Como respuesta a los Salvatajes, las bolsas crecen en todo el mundo, de espaldas a la realidad de crisis y caída en los índices más importantes de la economía mundial,  y alcanzaron ya indicadores cercanos al comienzo de la crisis en el 2007. Y este es, precisamente, el indicador más grave, la subida de las bolsas en todo el mundo, de espaldas a la realidad, indicando que se están montando una o varias burbujas simultáneamente, más grandes y peligrosas que la burbuja sub prime que detonó la crisis en el 2007. De lo que nadie habla es que el mundo está lleno de Fiscal Cliffs, es decir, hay precipicios fiscales en todos los países, con diferentes formatos y desarrollos. El de EE.UU es la madre de todos los precipicios, y no hay país ya en el mundo que no tenga ya deudas superiores a su PBI.

Pero también EE.UU es ahora nuevamente la madre de la mayor y más grande de todas la burbujas, más que la sub- prime, la de las ciudad fantasmas de China o la inmobiliaria de España. Y si los cambios políticos y sociales que sacudieron el mundo en estos 5 primeros años de crisis fueron espectaculares, son apenas un juego de niños al lado de lo que va a suceder cuando explote la madre de todas la burbujas. Y así, mientras en Pekín, Londres y Nueva York trabajan arduamente todos los días para que esto no suceda, en Washington elevan sus plegarias para que ese día nunca llegue.  

 

 

 
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