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El 31 de julio del 2019 la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) disminuyó las tasas de interés un 0,25%, y dejo la tasa de interés en una banda de entre 2% y 2,25%. Esa medida es un reconocimiento oficial de que la crisis mundial del capitalismo, que comenzó en el año 2000 y lleva ya 19 años, se está agravando. Cuando estallo entre los años 2007- y 2008 un pico agudo de esta crisis, la respuesta de los gobiernos capitalistas para evitar el colapso del capitalismo fueron los salvatajes. Ahora la Fed se prepara para volver a inyectar salvatajes en los Conglomerados Globales que dominan la  economía mundial. Todos los economistas, analistas y funcionarios coinciden que la crisis se agrava, pero se  ha desatado un inmenso debate mundial acerca de cuáles son las razones de esta agudización, hacia dónde va el capitalismo, y que ocurrirá en el próximo periodo.

Todo un coro de economistas, analistas y funcionarios dice que la crisis es producto de la “Guerra Comercial en China y EE.UU”, que vamos hacia una “Guerra de monedas”, que todo es producto de “Tensiones macroeconómicas” o  “Factores geopolíticos”,  que se viene la III Guerra Mundial entre China y EE.UU, o con Corea del Norte. Son análisis y teorías disparatadas, totalmente erróneas de economistas, analistas y funcionarios burgueses, así como de sectores marxistas, que viene estableciendo un pronóstico errado tras otro. Hay que establecer  las perspectivas desde una explicación marxista científica, polemizando con las disparatadas teorías que buscan mentir y ocultar la verdad de lo que está ocurriendo con el capitalismo. A su vez, es necesario dotar de una perspectiva seria a los activistas, militantes y dirigentes que llevan adelante la lucha contra el capitalismo en Hong Kong, en Francia, en Sudan, Honduras y en otros procesos revolucionarios que se desarrollan en el mundo.

La economía mundial está cayendo en la recesión

 

La razón central por la cual la Reserva Federal de los Estados Unidos bajo la tasa de interés es que la economía de EE.UU y del mundo está cayendo en recesión. No es la única razón, pero es la más importante. Todas las economías capitalistas importantes están en recesión: Europa está en recesión con un 1,3%, Alemania en recesión con un 0,8%, Francia en recesión con un 1,1%, Inglaterra en recesión con un 1,1%, Japón en recesión con el 1%. Estados Unidos está al borde de la recesión con un 2,3%, y tras un crecimiento del 3,1% en el primer trimestre de este año cayó a 2,1% en el segundo trimestre, lo que hizo sonar las alarmas de la Fed. Las demás economías capitalistas como China, Rusia, Brasil, o México también se hundieron. La economía mundial se desacelera, se enfría, lo cual agrava todos los desequilibrios del capitalismo e impacta en el comercio mundial. Frente a todo este panorama no saben de qué disfrazarse los banqueros, funcionarios, empresarios, y analistas que aseguraban que la crisis había terminado, porque confiaban que los salvatajes y rescates iban a resolver la crisis del capitalismo. Sin embargo no fue así, y el meollo de la cuestión radica en comprender que son los salvatajes, y porque produjeron un agravamiento de la crisis en la economía capitalista mundial.

Los salvatajes son una compleja maniobra de operaciones económicas que se están llevando adelante desde hace 10 años, y consisten en la inyección de masas de capital que llevan ya entre 30 y 40 billones de dólares en los Conglomerados Globales que dominan la economía mundial como JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Bank of América, Morgan Stanley, Wells Fargo, o Citigroup,  etc. Los salvatajes fueron llevados a cabo por los Bancos Centrales de todos los países imperialistas EE.UU, Japón, Inglaterra, Alemania, Francia, Canadá, e Italia, así como en China que no es un país imperialista, sino una sub- metrópoli capitalista. Comenzaron en julio del 2007 cuando estallo el pico agudo de la crisis capitalista global, y al principio se hicieron en forma desorganizada y aleatoria, en la medida que iban estallando los bancos, fondos de inversión, y conglomerados.

En esos momentos del año 2008, ante la magnitud de la crisis, y cuando se avizoraba que los Conglomerados Globales estaban en la quiebra, esta inyección de capitales desorganizada y aleatoria fracaso. Al producirse la quiebra de Conglomerados como Bear Sterns y Lehman Brothers, los gobiernos capitalistas más importantes acordaron un mecanismo de salvatajes más grande, coordinado y global para afrontar la crisis. Así, en septiembre del 2008 comenzaron los denominados QE, que en ingles significa Quantitative Easing, y en español significa flexibilización o expansión cuantitativa, un complejo sistema de operaciones económicas que permite a los Bancos Centrales inyectar enormes masas de dinero sin respaldo oro. Se llama “flexibilización” porque se flexibilizan, expanden o relajan las normas para poder emitir enormes masas de capital. Esta maniobra coordinada de todos los Bancos Centrales, la Fed de EE.UU, el BOJ de Japón, el BCE de Europa, el BoE de Inglaterra, el BoC de Canada, trabajando en conjunto con el BdPC de China permitió “salvar” a los Conglomerados Globales de los países centrales y las economías más importantes. El primer tramo de salvatajes se llamó QE1, y se llevó a cabo desde septiembre del 2008, hasta el 31 de marzo del 2010.

Además de impedir la quiebra de los Conglomerados, el objetivo del QE1 era que la economía mundial no entre en recesión. Este objetivo es fundamental para los gobiernos de los países capitalistas más avanzados por temor a la revolución. Las imágenes de las filas de miles de desocupados y parados en Nueva York durante la gran recesión de los 30’s del siglo XX, combinadas con las revueltas de hambre, las insurrecciones, y el desarrollo de movimientos revolucionarios y de izquierda que conllevaron toda esa etapa de gran crisis capitalista, es una lección que el imperialismo mundial ya saco, y no quiere de ninguna manera que vuelva a repetirse.

El QE1 logro el objetivo de impedir la quiebra de los Conglomerados Globales, pero no logro alejar el peligro de recesión. La economía mundial pronto empezó a mostrar síntomas de recesión por lo cual el 3 de noviembre del 2010 comenzó la segunda ronda de salvatajes denominada QE2. El QE2 comenzó el 3 de noviembre del 2010 y termino el 30 de junio del 2011, periodo en el cual fueron nuevamente inyectadas masas enormes de billones de dólares en los Conglomerados Globales, con el mismo resultado: Se impidió la quiebra, y se mantuvo un débil crecimiento económico, pero no se logró alejar el peligro de recesión, lo que llevo a una tercera ronda de salvatajes llamada QE3, que comenzó el 13 de septiembre del 2012 y llego a alcanzar un promedio de 85.000 millones de dólares por mes. El análisis de los jefes del capitalismo es que la economía iba a despegar y empezar a crecer con fuerza, lo que llevo a la Fed a suspender el QE3 el 29 de octubre del 2014 en EE.UU, aunque continuaron operaciones de salvatajes en todos los demás países imperialistas, tanto en Japón, Inglaterra, Alemania, Francia, Canadá, e Italia, así como en la sub- metrópoli capitalista de China.

 

El QE agudiza las contradicciones y empuja al capitalismo a una nueva crisis

 

Entre los años los años 2014 y 2015 todas las autoridades económicas, analistas y funcionarios comenzaron a explicar que la crisis se había superado. Janet Yellen, la presidenta de la Fed, llego a decir que no iba a haber más crisis “por muchos años, y quizá nunca más suceda”, y todo el coro planteo que estábamos frente al “crecimiento económico más largo desde la posguerra”. Comenzaron a hablar de que lo “peor ya había pasado” y que había llegado la hora de “normalizar” la economía. Sin embargo, la realidad era la opuesta a lo que los jefes del capitalismo mundial argumentaban. Lo que produjeron los salvatajes mediante 10 años de inyección de entre 30 y 40 billones de dólares fue un verdadero desastre que empujo al capitalismo a mayores y más graves peligros, de una magnitud muy superior a todo lo que se había vivido hasta ese momento.

 

En primer lugar, si lo que había abierto un pico agudo de crisis entre los años 2007 y 2008 era un proceso de sobreacumulación de capital gigantesco en las hipotecas de “segunda categoría” (en inglés denominadas “sub- prime”) ahora ese proceso de sobreacumulación se había transformado en un proceso todavía más grande y más peligroso. Lo que en marxismo denominamos “sobreacumulación de capital”  un fenómeno propio de la acumulación capitalista, los economistas burgueses lo denominan “burbujas”. Utilizando esta terminología que se ha popularizado, la realidad es que tras 10 años de salvatajes, ahora las burbujas inmobiliarias se multiplicaron por 12 y se extendieron a 11 países, afectando a algunas de las ciudades más importantes del mundo como Londres, Ginebra, Paris, Zurich, Tokyo, Vancouver, San Francisco, y ciudades de China.

En segundo lugar, el pico agudo de crisis entre los años 2007 y 2008 dejo al descubierto la existencia de grandes empresas que dominan la economía mundial, como JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Bank of America, Morgan Stanley, Wells Fargo, Deutsche Bank, Barclays, Citigroup o UBS. Todos los movimientos de protesta por la crisis global del capitalismo se desarrollaron sobre la base de la denuncia de la existencia de estos gigantes Conglomerados, tan enormes, que los analistas, economistas y funcionarios defensores del capitalismo las  han definido como “Demasiado grandes para Caer”, (en inglés, “Too big to fail”)

Justamente el tamaño de estas empresas es uno de los motivos por el cual se produjo el estallido del pico agudo de la crisis. Pero tras 10 años de salvatajes, las “too big to fail” se transformaron en empresas ahora más grandes. El caso emblemático es el Deutsche Bank, al borde de la quiebra, pero puede tratarse de cualquiera de los demás Conglomerados, cuya bancarrota puede disparar otro pico agudo de crisis. Además, producto de que recibieron durante 10 años inyecciones de monstruosas masas de capital, los ejecutivos a cargo de estas empresas usaron ese capital para ampliar sus operaciones, y fortunas, ya que son estafadores profesionales, delincuentes de guante blanco, que permanentemente saquean al mundo entero.

 

La riqueza y el capital sobre- acumulado de estas grandes empresas, está en sentido inverso con el hambre, la pobreza y la miseria que padecen miles de millones de personas en todo el mundo,  mientras avanzan también peligrosos los índices de destrucción ambiental para el planeta y la naturaleza. La categoría marxista de “Imperialismo” y monopolios, abandonada por la mayoría de los economistas marxistas, cobra notoria actualidad con la existencia de estos Conglomerados, que merced a los salvatajes son ahora más grandes que antes, y empujan la economía global hacia nuevos peligros.

En tercer lugar, con los salvatajes exploto el desarrollo de viejas maniobras especulativas de los Conglomerados Globales como las recompras de acciones, y toda clase de actividades fraudulentas. Si entre los años 2007- 2008 alrededor de papeles como los MBS, CDO, y los CDS, se montó una burbuja gigantesca que explotó, ahora surgen instrumentos financieros todavía más riesgosos como los Fondos Negociados de Inversión (en inglés, Exchange-Traded Funds, ETF), que no apuestan al precio de un bien, o un activo sino que apuestan al precio de un índice. Por ejemplo el índice materias primas, el índice de la bolsa, el índice de volatilidad, el índice de empresas tecnológicas, etc, Billones de dólares se han invertido en estos instrumentos montando una burbuja peligrosísima que ha levantado toda clase de advertencias de analistas, periodistas, y hasta los propios especuladores que plantean que los ETF son "armas de destrucción masiva".

 

En cuarto lugar, en China se formó una burbuja gigantesca que se denomina “la madre de todas las burbujas”, y producto de los salvatajes se ha montado a escala global una burbuja que los analistas burgueses denominan la “Burbuja del todo”. El financista Jared Dillian lo explica asi: “…En 2000, tuvimos la burbuja de puntocom. En 2007 tuvimos la burbuja inmobiliaria…En 2017, tenemos la burbuja de todo…”.(Capital Bolsa 29/6/17). A su vez, se ha desarrollado  uno de los fenómenos más impactantes de la actual crisis del capitalismo: La existencia de tasas de interés en cero o negativas. El fenómeno se extiende cada vez, impacta en los Bancos Centrales, y sobre todo en Europa y Japón. Es un proceso que  adquiere aristas históricas teniendo en cuenta que no tiene prácticamente antecedentes en la historia del capitalismo. Actualmente $ 14 billones de dólares de deuda global tiene un rendimiento negativo.

 

Otro elemento que mostro la profundización de la crisis fue que en junio del 2016, las masas de Gran Bretaña votaron “no” a la Unión Europea (UE) en un proceso conocido mundialmente como “Brexit”,  lo cual constituyo un golpe demoledor al Euro, a la Troika, los planes de ajuste europeo, y a los planes del imperialismo. En definitiva, la multiplicación de las burbujas inmobiliarias por todas las regiones y principales ciudades del mundo, la reaparición explosiva de maniobras especulativas viejas como la recompra de acciones, el crecimiento de las Conglomerados Globales que ahora son más grandes que cuando estalló la crisis; el surgimiento de nuevos productos y maniobras especulativas más peligrosas como los ETF, y la aparición de tasas de interés en 0 o negativas, son el desastroso resultado de los salvatajes que fracasaron en lograr un crecimiento de la economía y empujan al capitalismo global hacia un pico de crisis más grande y devastador que el que sacudió al mundo entre los años 2007- 2009.

 

Del QE al QT: Las consecuencias de una operación inédita

Pero los jefes del capitalismo desconocieron, o mintieron sobre esta realidad, y tomaron una serie de decisiones que provocaron una agudización de la crisis. Bajo el argumento de que “lo peor de la crisis ya paso” y que “hay que normalizar la economía” la Fed comenzó en noviembre del 2017 una operación económica denominada Ajuste Cuantitativo (en inglés Quantitative Tightening, QT). El QT es un proceso inverso al QE. Si el QE es una relajación de las normas de emisión monetaria que permite impulsar la creación de dinero, el QT es una restricción de la expansión monetaria para acotar la existencia de dinero. La Fed busco con el QT reducir la cantidad de activos que acumulaba, reducir el circulante y existencias globales de dinero para tratar de eliminar, hacer desaparecer o como denominamos en el marxismo “quemar capital” por una mera vía administrativa. Y de ese modo, apaciguar los desequilibrios que había provocado el QE.

La Fed aseguró que la transición del QE al QT iba a ser tan gradual que no iba a provocar ningún problema, ningún trance, ni momento crítico. El presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker anuncio que el proceso iba a ser tan aburrido como quedarse a ver cómo seca la pintura. Junto al QT, la Fed llevo a cabo cinco subas de la tasa de interés para provocar el fin de la etapa de las tasas de interés del 0%, llevándola a un rango de 2,50%, pero como todos los pronósticos, vaticinios y augurios que hicieron desde el comienzo de la crisis, el QT llevo a un rumbo opuesto al que los jefes del capitalismo anunciaron.

En la medida en que la Fed restringió el flujo del dinero, elimino capital, haciendo desaparecer los depósitos que se habían creado con el QE, y subió las tasas de interés, se transformó en una aspiradora que absorbía todos los dólares que circulaban por el mundo. Al atraer los dólares del mundo entero, la Fed desato un cimbronazo en la economía mundial, provoco la crisis de las monedas de los países semi- coloniales, porque los dólares empezaron a huir de las economías de los países pobres. Turquía y Argentina se derrumbaron, empezaron a sufrir un tembladeral las monedas de Indonesia, India, y Egipto, y se agravaron las condiciones de cientos de países. Tres meses después de comenzado el QT, todo el espejismo del “fin de la crisis” se derrumbó. El 5 de febrero del 2018 se produjo el desplome de Wall Street más grande desde el año 2000, y se disparó el índice VIX que mide la incertidumbre de la economía mundial.

Para frenar el derrumbe, los jefes del capitalismo tomaron dos medidas de urgencia en forma coordinada, primero el Banco del Pueblo de China (BPCh) efectuó un salvataje de 84.300 millones de dólares, la mayor inyección en un solo día de la historia del BPCh. En segundo término, la Fed suspendió la "Operación Twist", que era parte del QT. Con estas medidas evitaron el derrumbe, pero no pudieron evitar la entrada en recesión de la economía mundial. En el transcurso del 2018 China cayo en recesión. El secretario del Tesoro Steve Mnuchin convoco a una reunión de emergencia con los jefes de los Conglomerados Globales para afrontar un posible estallido, pero como la reunión fue llamada repentinamente y un día domingo, cosa para nada usual en Wall Street, encendió las alarmas, lo que provoco que el 25 de diciembre del 2018, en medio de la Navidad, las bolsas del mundo sufrieran su peor derrumbe en 100 años y el peor de los últimos 10 años. Así terminaba el 2018 y comenzó este 2019, en medio de un tembladeral del capitalismo mundial.

 

Vuelven los salvatajes a EE.UU, para afrontar una crisis más grave

 

Cuando en julio de 2019 la Fed disminuyó las tasas de interés, dio oficialmente por terminado el intento de “normalización” económica del QT y la elevación de las tasas de interés. Comenzó el reconocimiento oficial de que la crisis mundial del capitalismo se agrava, y la Fed se prepara para volver a inyectar salvatajes. El actual presidente de la Fed Jerome Powell, justificó su decisión por "las implicaciones de los eventos globales”, un eufemismo para no hablar del descalabro que han provocado. ¿Existe una solución desde el punto de vista capitalista para la crisis mundial? Por supuesto que existe.

 

Lo que los economistas burgueses y marxistas vulgares ocultan es que para superar la crisis es necesaria una tasa de explotación a escala mundial cualitativamente superior a todo lo que existe hoy. Para graficarlo con una imagen podemos explicarlo así: El imperialismo debería imponer una tasa de explotación y condiciones de vida y trabajo que ha impuesto en China, para todo el mundo. Debería liquidar la democracia burguesa, instalar una dictadura, barrer con los derechos a sindicalización, a protestas, a reunión, a petición, para imponer jornadas extenuantes, trabajo en negro, semi- esclavitud, precarización generalizada, carencia de todo derecho laboral, y represión brutal a cualquier clase de organización sindical o social. Y debería imponerlo globalmente, en los cinco continentes. Solo así, el imperialismo podría tener alguna chance empezar a solucionar la crisis, desde el punto de vista capitalista.

 

Y eso sería el comienzo, pero no la solución definitiva. Únicamente con esas medidas no alcanza para solucionar la crisis, y de hecho en China no la han solucionado. La razón por la que esto se produjo es que el capitalismo sólo se puede recuperar la tasa de explotación necesaria y salir de esta crisis mediante una violenta quema de capital, como lo fue la 2da guerra mundial. Los  Conglomerados Globales suponen una sobre acumulación de capital en escala tan colosal, que la quema de capital necesaria para resolver la crisis alcanza proporciones históricas, deberían cerrarse decenas de puertos en China y en el mundo, despedir cientos de millones de trabajadores, eliminar regiones y distritos enteros de la economía mundial. El fracaso del QT, implico el fracaso del intento de “quemar capital”, por una vía pacífica.

 

Si los economistas burgueses y los marxistas vulgares no logran entender porque el capitalismo no puede salir de la crisis en términos económicos, tampoco pueden dar una explicación en el terreno político. La razón por las que el imperialismo y los gobiernos capitalistas no logran recuperar la tasa de explotación necesaria, ni llevar a cabo una violenta quema de capital, es producto de la existencia de una insurrección de masas, una situación revolucionaria mundial, encabezada por los sectores más explotados y oprimidos de la sociedad, las mujeres, los inmigrantes, las razas oprimidas, los jóvenes, las naciones y pueblos más atrasados y originarios, pero también de los trabajadores y pueblos de las naciones capitalistas más avanzadas como Francia. En China, las crecientes luchas obreras han aumentado los salarios en el sector manufacturero, y han detonado una rebelión que ahora sacude Hong Kong, contra la dictadura capitalista encabezada por la oligarquía del PCCh.

El capitalismo solo puede imponer altas tasas de explotación o la quema de capital mediante una derrota brutal de la clase obrera y pueblos del mundo, proceso político que es hoy virtualmente imposible. Mientras las caravanas de inmigrantes se multiplican atravesando Centroamérica y México hacia EE.UU, o todo el Mediterráneo desde Medio Oriente y África hacia Europa, y la revueltas se multiplican en Sudan, Argelia, Honduras, Francia, o Hong Kong, la “solución final”  que requieren los Conglomerados Globales es imposible. Y si los gobiernos de Estados Unidos se han caracterizado por actuar como gendarmes contra la revolución mundial, bombardeando y atacando permanentemente durante décadas a toda clase de naciones, y pueblos, es sorprendente e irónico que podríamos otorgarle al gobierno de Donald Trump el premio al “pacifismo” por ser el único gobierno de EE.UU que no ha invadido ningún país, ni bombardear casi nada.

Por ejemplo, los “progresistas” gobiernos de Obama y Clinton se cansaron de asesinar, bombardear, con buques y drones, ni que hablar de los Bush. Al lado de ellos, Trump parece el más pacífico de la historia: Ni siquiera pudo establecer el “Muro” en la frontera con México. La explicación no es que el “siniestro” Trump sea progresivo, sino que la profundidad y dimensión del ascenso revolucionario mundial pone un freno a todos los planes imperialistas. Esta y no otra, es la verdadera razón por la cual la crisis del capitalismo se agrava día a día.

Quienes pretenden explicar la crisis afirmando que se es el producto de una “guerra comercial entre EE.UU y China” simplemente mienten. EE.UU y China son socios que se pelean por el reparto de una torta que se achica, pero colaboran mutuamente y sus capitales se encuentran profundamente interrelacionados desde hace décadas. China es una factoría norteamericana, casi un estado asociado que actuó como locomotora de la economía capitalista mundial sobre la base de las terribles condiciones de súper explotación que impuso en la joven y naciente nueva clase obrera china. Para quienes quieren ver una lucha “antiimperialista” de Xi- Jinping contra EE.UU, se llevaran un chasco ya que solo encontraran un sirviente representante de una oligarquía que transformo a China en un paraíso de las multinacionales.

La que agudiza la crisis es la existencia de los Conglomerados Globales.

 

Los Conglomerados son inviables, están quebrados y son verdaderos muertos vivos, “zombies” económicos como le llaman los propios analistas burgueses, cuyo sostenimiento significa el padecimiento de millones que deben pagar todos los días carísimo la existencia de estos monstruosos depredadores. Los salvatajes y la intervención de los estados para sostenerlas, tienen un doble significado, por un lado, son la expresión de la impotencia de la clase dominante que no puede imponer la salida que necesita, y solo se reduce a comprar tiempo. Pero por otro lado la intervención de los estados imperialistas es expresión del reclamo de la propia realidad objetiva de la economía, de que estas empresas son inviables y deben ser nacionalizadas y expropiadas, lo que significaría el fin del capitalismo. Las multinacionales han llegado a su fin, a su límite máximo de desarrollo, pero su final no debe significar de ningún modo el fin de la humanidad, que está pagando carísimo en términos de vidas humanas y naturaleza, es decir en términos de fuerzas productivas, la existencia de los Conglomerados.

La revuelta global contra el capitalismo, que atraviesa regiones, pueblos y continentes, se está profundizando en la medida en que la economía global desarrolla la recesión. El retorno de los salvatajes a EE.UU bajo el nombre que sea, QE4 u otro, no va a cambiar esta perspectiva. La oligarquía del 1% que gobierna los destinos de la humanidad ha ido perdiendo el control de los acontecimientos, pero el resultado final no está escrito de antemano. La oligarquía capitalista del 1% cuenta a su favor que no existe una Internacional Socialista dispuesta a llevar a cabo la tarea de encabezar esta revolución global contra el capitalismo, pero el surgimiento de esta organización está en manos de los revolucionarios, no de los funcionarios capitalistas.

La ausencia de esta organización internacional revolucionaria les permite a los capitalistas comprar tiempo, pero no más que eso. Ya han demostrado que son incapaces de resolver la crisis, solo saben agravarla. Nuestra tarea será la de poner en pie esa Internacional Socialista, reagrupando a los revolucionarios. Y será en estos años que se vienen cuando se decidirá sobre la base de un agravamiento agudo de las condiciones políticas, sociales y económicas, si triunfa la contrarrevolución de los gobiernos capitalistas, o la revolución de los trabajadores y pueblos del mundo que imponga a escala global el socialismo.

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